Diseño fotomontaje: KrisKasZar |
Hará cosa de unos 5 años, trasteando por internet (ni idea de lo que andaba buscando) aparecí en un foro de habla hispana, donde alguien recomendaba vehementemente el visionado de un cortometraje del cual posteaba el enlace. Como quien no quiere la cosa, cliqué en él… creo que todavía no me he repuesto del impacto que me causó ese vídeo. Una historia sencilla, una simple historia de amor, narrada tan solo con la fuerza de las imágenes en blanco y negro captadas magistralmente por el director e interpretadas exquisitamente por sus actores. Un bombón. Rápidamente me metí en internet para indagar más sobre ese director que había sido capaz de contar una historia tan bella, llamada El Sueño del Caracol, con tanto talento y elegancia. En los créditos salía su nombre: Iván Sáinz-Pardo. Gracias a la magia de la tecnología en un plis-plas había localizado información que me llevó a adentrarme en su blog El Escondite de Iván. Y ahí me quedé cautivada, desde hace 5 años, en su escondite lleno de palabras y de imágenes que me cuentan historias, sentimientos… palabras de denuncia también, comprometidas con este mundo infeliz e injusto que nos ha tocado vivir, para intentar hacerlo mejor. Fue a través de Iván que tuve mi primer contacto con la dura realidad de lo que hay detrás de la alimentación omnívora a raíz de recomendarme el vídeo Earthlings y también fue la primera persona que conocía, que se comprometía públicamente a ser consecuente con él mismo, dejando de comer animales y así abrazar una nueva filosofía de vida. Iván no quería seguir siendo cómplice de este sistema cruel y avaricioso donde se mata por dinero. A partir de entonces se sucedieron los acontecimientos. Mi hermana también dio el paso, luego mi hija, y finalmente lo di yo aliviada, por fin, de poder ser consecuente. Si había sido toda mi vida antitaurina y defendía a capa y espada la libertad de los toros, si había tenido siempre perros en casa a los cuales he adorado desde niña…¿por qué me comía a las vacas, a los cerdos, corderos y a los pollos? ¿qué era lo que me llevaba a hacer una criba entre los animales decidiendo cuales eran a los que debía de amar, como perros y gatos y qué otros a los que debía condenar al peor de los infiernos, durante toda su vida, para luego comerme su carne enferma y envenenada de miedo y dolor? Solo lamento una cosa desde que me hice vegana y es el no haberlo hecho antes.
Los caminos de la vida son curiosos. Desde esa pequeña incursión cibernética a un foro hispano, pasando por un video sobre una hermosa historia de amor, hasta localizar un escondite que me descubrió la cruda realidad que me hizo convertirme en vegana, han pasado 5 años de sucesiones de hechos que parecen estar un tanto deshilvanados entre sí pero que al final se unen en una madeja.
Os aconsejo encarecidamente a todos aquellos que caigáis, por casualidad en este blog, como así hice yo en aquél foro, que no dejéis de ver El Sueño del Caracol y visitéis su blog El Escondite de Iván. Quién sabe que sorpresas os puede deparar… =)
Bellisimo texto. Mil millones de gracias. La magia de Internet esta en las personas que lo habitan. Un beso
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